domingo, 30 de noviembre de 2008

Cuadernillo 3 (táctica y relación jugada-respuesta)

. domingo, 30 de noviembre de 2008

Táctica en ajedrez:

Consiste en una o más jugadas encaminadas a un objetivo concreto en el juego, a diferencia de la estrategia, donde analizamos los factores y planes posibles de la posición a largo plazo. Si en una posición determinada decidimos que estamos estratégicamente ganados porque nuestro rival carece de plan activo posible y nosotros tenemos el plan de ganar un peón débil, podemos pensar en las jugadas útiles de nuestras piezas, las cuales se ubicarán para, en conjunto, ganar dicho peón. La táctica será entonces el cálculo concreto de esas jugadas, pensamientos tales como “bien, nuestro rival puede estar muy pasivo pero no va a esperar sentado a que se le caiga el peón. Entonces, cuando yo empiece a maniobrar con mi caballo que necesita de al menos dos jugadas para atacarlo, ¿qué hará él para activarse? ¿ de qué jugadas mínimamente activas dispone? Cuando para compensar la inevitable pérdida de su peón mi rival ataque a mi rey, ¿ tengo alguna jugada que defienda todo para así luego seguir mi camino principal de quedarme con el peón de más? . La secuencia concreta de jugadas es el complemento de los planes e ideas estratégicas.

Juegan las blancas.

Este es un ejemplo muy ilustrativo de pequeña combinación táctica. En primer lugar, la táctica no es algo mágico que surge sólo del talento y la imaginación de un jugador, sino que será primero la posición la que determine si objetivamente hay algún tipo de combinación o golpe táctico. Aquí, lo primero es observar la actividad de las piezas de ambos bandos así como ver cuales de ellas están indefensas. Podemos ver que las torres negras están “colgadas”, término con el que nos referiremos a todas las piezas que no se encuentren protegidas. El caballo de “f4” no está colgado pero vemos que sólo el Alfil de “d6” lo defiende. En cuanto a los peones y el alfil negros, vemos que están apropiadamente sostenidos. La torre de “g7” no parece atacable, pero vemos que la de “d8” sólo se salva de que la comamos por el bloqueo que ejerce el Ad6. Entonces pensamos en empezar una combinación mediante 1-…Txf4. La idea es contestar a 1-…Axf4 con 2-Txd8+ ganando material. Rápidamente vemos que la jugada 1-…Axf4 es jaque, y por ende no sólo no ganaremos la torre sino que luego de 2-Rb1 ó 2-Td2, perderemos la Td1 además de la que sacrificamos voluntariamente, y esto sería desastroso. Aprendemos así que para realizar un golpe táctico correcto no basta con mirar las piezas rivales sino que es necesario observar a las propias, en este caso fallamos porque no contemplamos la ubicación de nuestro rey en “c1”. Pero jugar ahora mismo 1-Rb1 para amenazar el sacrificio planificado le daría un tiempo a nuestro rival para defenderlo todo. Entonces miramos el caballo de “f4” y pensamos en jugar contra esa pieza defendida sólo una vez. Así, surge una buena idea: si pudieramos eliminar al defensor del caballo para luego tomarlo sin que las negras puedan retomar en “f4” ganaríamos material, y esto se logra mediante 1-Txd6. A la vez que ganamos el alfil, amenazamos Txd8+, así que las negras han de retomar, pero tanto contra 1-…cxd6 como contra 1-…Txd6, jugaríamos 2-Txf4 siguiendo la idea y en el balance general habríamos ganado dos piezas por una torre, lo que nos daría una importante ventaja material. Pasamos entonces a evitar el error que cometimos en la variante previa: buscamos algún jaque negro que pueda cambiar la situación. Vemos así que luego de 1-Txd6, si 1-…Cd3+ no hay problemas gracias a 2-Txd3 que además salvaría a nuestra torre de ser eliminada gratuitamente, pero nos llama la atención la posibilidad de 1-…Ce2+ con idea de poner a salvo el caballo para luego comerse la torre. Sin embargo en ese caso luego de 2-Rd2 ó también 2-Rd1 otra vez sería forzado para el negro tomar la torre mediante 2-…cxd6 ó 2-…Txd6 y entonces ganaríamos el equino de todas formas con 3-Rxe2. Ahora sí, habiendo abarcado todas las posibilidades, nos damos cuenta de que 1-Txd6! Constituye la movida inicial de una combinación objetivamente correcta, ya que sin importar qué juegue nuestro oponente, ganaremos material.

El genial Grau:

Para graficar el sentido de la palabra “visión” en la táctica de ajedrez, nada mejor que las palabras de Roberto Grau, quien escribió un excelente tratado general de ajedrez que ningún ajedrecista debería dejar de leer:

“El ajedrez es un juego sumamente complicado. Cada jugada y el juego en conjunto requiere un proceso mental; una especie de cálculo de consecuencias. Debemos pensar en las consecuencias de nuestras jugadas y en lo que puede intentar el contrario. Este cálculo puede ser largo o corto, puede ser exacto o erróneo. Dícese en general que el jugador “ve mucho” o “ve poco”. Llamaremos “visión” al conjunto de condiciones que hacen posible jugar al ajedrez. Diremos que los jugadores juegan bien porque ven mucho y con certeza. Diremos que juegan mal cuando ven mal. De quien pueda mentalmente abarcar consecuencias lejanas, diremos que ve mucho, y de quien sólo pueda abarcar lo cercano diremos que ve poco”.

La jugada y su respuesta:

En ajedrez no basta con crear un plan o seguir una determinada secuencia de movidas para obtener ventaja si mientras tanto no le prestamos atención a lo que nuestro rival hace. Esto se debe a que este seguirá una lógica similar a la nuestra: la de realizar jugadas útiles en pos de obtener ventajas y eventualmente ganar la partida. Es necesario entonces observar las intenciones de nuestro oponente, quien con cada movida nos estará “diciendo” algo. Como ejemplo daremos una serie de partidas cortas, en las que es evidente que uno de los jugadores no presta atención a las acciones de su rival:

Partida 1:
1-g4…
Una jugada un tanto rara. No hay necesidad de realizar un análisis profundo para darnos cuenta de que las blancas no amenazan nada, y apenas han permitido al alfil de casillas blancas el derecho a desarrollarse.
1-…e5
Contestamos entonces con una jugada lógica de peón central que nos permite poner en juego la dama y el alfil.
2-f3…
De nuevo vemos que las blancas no amenazan nada. Pero mirando más de cerca, se hace evidente la posibilidad de dar jaque con la dama, que en este caso además es mate.


2-…Dh4++

A este mate se lo denomina “mate del loco” y es el jaque mate más rápido posible en ajedrez ( curiosamente lo dan las negras). Así, con un ejemplo corto y simple comenzamos a analizar el tema de las jugadas y sus respuestas. En la segunda partida veremos un ejemplo algo más complejo.




Partida 2:
1-e4…e5
Observamos la jugada de las negras y rápidamente vemos que con ella nuestro rival simplemente nos imita, para poner en juego él también a su dama o su alfil, pero principalmente vemos que no amenaza nada, lo que nos deja manos libres para seguir con nuestros planes.
2.Ac4
Una jugada de desarrollo que de paso mira el punto “f7” de las negras.
2-…Ac5
Una vez más nuestro rival nos imita sin amenazar nada de momento.
3-Df3…
Siguiendo con nuestro plan desarrollamos la dama, a la vez que amenazamos dar mate en “f7”.
3-…d6

Un error desastroso. Las negras, a diferencia de nosotros, no le prestan atención a las jugadas del rival y por ello reciben mate.

4-Dxf7++


Partida 3:
1-e4…e5 2-Ac4…Ac5 3-Df3
Repetimos las jugadas de la partida anterior sabiendo que en este momento las negras deben defenderse de la amenaza de mate. Esta vez lo hacen, mediante la jugada
3-…Ch6
Es evidente entonces que nuestro rival se ha detenido esta vez a ver cuáles son nuestras amenazas, ya que ahora este caballo defiende “f7” evitando el mate. Hemos de ver entonces qué jugar para seguir con nuestros planes, dado que con su última jugada las negras no han hecho más que defenderse y no amenazan nada. Deseamos ser consecuentes e insistir con el ataque de nuestras piezas desarrolladas que como dijimos apuntan a “f7”. Pensamos entonces en alguna forma de eliminar al caballo defensor, y rápidamente surge la idea de mover el peón “d” para permitir así que nuestro alfil de casillas oscuras amenace comer en “h6” para luego dar mate.
Para ello existen dos jugadas posibles; 4-d3 y 4-d4, siendo la segunda de estas opciones la mejor porque a la vez que creamos la amenaza antedicha, atacamos también al alfil de “c5”.
4-d4…
Las negras no quieren perder el alfil y contestan con
4-…Axd4
Recibiendo así la planificada
5-Axh6…Cxh6
Una vez más nuestro rival evita perder material, pero a cambio nos dejan dar jaque mate
6-Dxf7++


Partida 4:

1-d4…f5 2-Ag5…h6 ( una jugada que puede parecer rara, pero nuestro oponente ataca al alfil que acabamos de desarrollar, obligandolo a retirarse).
3-Ah4
Realizamos esta jugada porque nos parece mucho mejor que hacer que nuestro alfil regrese por donde vino y porque no tememos a la siguiente réplica:
3-…g5
De esta forma, nuestro alfil quedará encerrado en la siguiente jugada, pero a la vez el rey negro ha quedado muy desguarecido.
4-Ag3…f4
En este momento las negras bien podrían estar contentas, ya que no existe ninguna casilla para que nuestro alfil huya. Lo primero que vemos es que con 5-Dd3 amenazaríamos mate en “g6”, pero las negras jugarían 5-…d6 ( para que el rey escape por “d7”) ó 5-…e6 ( para que escape por “e7”) mientras nuestro alfil cae. Luego vemos que 5-e3 amenazaría Dh5++ y que cuando nuestro oponente evite esa amenaza dispondremos de la simple 6-exf4…gxf4 7-Axf4, salvando al alfil y ganando un peón. Por ende jugamos
5-e3…h5
Esta es la jugada con la que impiden el mate, pero comprometen aún más a su rey y por ello, en vez de realizar la jugada planeada 6-exf4, cambiamos a una mucho más fuerte:
6-Ad3!

Amenazando nada menos que Ag6 mate, con lo cual nuestra jugada fue de desarrollo a la vez que ganamos un tiempo por la amenaza de ganar la partida inmediatamente y si las negras se defienden exitosamente, entonces podremos finalmente realizar la simple 7-exf4. Pero las negras se deciden por
6-…Th6

Esto es un error grave. Nuestro rival le asigna a su torre dos trabajos a la vez: el de defender a su rey de Ag6++ y el que ya tenía antes, que consiste en evitar Dh5++. Esto nos da una idea: la de combinar ambas amenazas. Primero pensamos en 7-Ag6+…Txg6 8-Dxh5, pero entonces 8-…Rf7 defiende la torre. Invirtiendo el proceso de esas dos jugadas, vemos finalmente que hemos dado con un nuevo mate, de esta forma:

7-Dxh5+…Txh5 8-Ag6++


Estas partidas son ejemplos muy claros de la importancia que tiene relacionar las jugadas y sus respuestas. Incluso, este método de razonar el ajedrez nos simplifica la tarea del análisis, porque si nosotros en una posición determinada estamos preocupados por lo que pueda hacer nuestro rival y actuamos en consecuencia con una jugada que neutralice sus amenazas, cuando él juegue otra vez ya habremos visto mucho. Por eso, no tendremos que mirar todo otra vez, sino específicamente aquello que haya cambiado por su última movida.




Cuando la táctica y la estrategia van de la mano:


Hemos hablado mucho acerca de la táctica y sus características así como también de la estrategia y sus matices. Pero sepan que para hacer la jugada correcta a menudo es necesario combinar ambas ideas. Este ejemplo del genial Rustam Khasimdzhanov ilustra breve pero perfectamente las ventajas de mezclar cálculo táctico con conceptos posicionales:


Blancas: Ye Jiangchuan- Negras: Khasimdzhanov.

El diagrama muestra una posición muy particular en la que parece que Ye jiangchuan ha logrado superar a su rival. Analizando detalles posicionales y tácticos, podemos decir que si bien las negras tienen un peón de más su rival goza de ventajas mayores; Desde el aspecto posicional, vemos que tiene un poderoso peón pasado en la columna “c”, sostenido firmemente por el peón central de “d4”. Las negras sólo tienen debilidades, algo evidente al observar los peones doblados en la columna “a” que resultan fáciles de atacar. También es muy débil el peón aislado de “d5” al cual es difícil defender. La evaluación tampoco parece cambiar mucho analizando con ojos tácticos; es evidente que de no hacer nada el blanco continuará con Tba2, para recolectar los peones “a”, mientras que para colmo el caballo negro de “f6” tiene pocas casillas adonde activarse. Ni siquiera dispone del plan Cd7 seguida de Cb8, aceptando la pasividad pero defendiendo el peón de “a6”, porque perderían el peón “d5”.
Ante un panorama posicional tan desalentador como este, es necesario usar el ojo táctico en busca de salvaciones. A veces las ideas que derivan en golpes tácticos surgen de la desesperación en vez de hacerlo en pleno ataque. Mirando detalladamente la posición del diagrama, vemos que el rey blanco está algo desguarecido. En principio no se ve nada claro, pero la primera fila blanca está muy débil y las negras tienen torres dobladas en la columna “e”, con la intención de entrar en alguna fila del territorio blanco cuando les convenga. Pensamos entonces en jugar 1-...g4, comenzando un ataque en el flanco de rey para debilitar los peones que lo protegen. O tal vez hacer uso ya mismo de la fuerza de las torres, eligiendo 1-…Te3 buscando temas tácticos y apoyando el plan de avanzar el peón “g”. Pero ya dijimos que las blancas tienen un plan para ganar rápidamente el peón de “a6” y por eso debemos pensar únicamente en posibilidades CONCRETAS para no perder rápidamente. Hay muchas formas de agudizar la visión táctica de forma ordenada, por ejemplo viendo qué piezas de nuestro rival se encuentran desprotegidas. En este caso, habíamos dicho que el rey blanco estaba algo desprotegido y que nuestras torres dobladas tenían cierto valor. Entonces podemos buscar jugadas concretas usando ese tema, tratando de abstraernos de los movimientos lógicos de nuestras piezas. Usamos así otro método táctico: el de buscar casillas ocultas, escaques que a primera vista parecen inhabitables para determinadas piezas por respuestas aparentemente buenas para nuestro oponente, pero que debido a motivos tácticos demuestran ser excelentes puestos. Vemos que las torres negras están activas y que los peones negros no pueden mejorar. Sabemos también que el Cf6 es la pieza más pasiva que tienen, y eso nos lleva a buscar puestos escondidos para él. Así, llega a nuestra consideración la jugada 1-…Cg4+, ya que al ganar tiempo es por lo menos digna de mirar. Esto es porque como dijimos, hay que buscar algo concreto porque de otro modo las blancas ganarían rápidamente el peón de “a6” sin compensaciones aparentes. Antes de pensar en las virtudes de esta jugada, analizamos primero qué pasaría si las blancas respondieran con la lógica 2-fxg4. Proyectamos unas pocas jugadas y vemos que en ese caso después de 2-…Tf6+ daríamos mate, tanto contra 3-Rg3…Te3++ como contra 3-Rg1…Tg1++. Este análisis es muy sorpresivo, pero demuestra las ventajas de estar atento y chequear ideas en el ajedrez. Simplemente estas cosas suceden, y de una posición donde cualquiera analizaría sólo los aspectos posicionales, surgen chances de mate como éstas. Volviendo entonces a nuestros pensamientos, vemos que las blancas deben contestar al jaque de caballo con 2-Rg3 única, ya que tanto 2-Rf1 como 2-Rg1 reciben 2-…Te1++. Sólo tuvimos que observar un detalle simple y sabemos con seguridad total que luego de 1-…Cg4+, el blanco está obligado a mover 2-Rg3, así que seguimos desde allí. Buscamos nuevas posibilidades de mate y pronto vemos que no las hay. No hay jaques ni planes claros para agredir al rey. Y si jugáramos 2-…f5 buscando lo más agresivo posible, entonces perderíamos ante 3-fxg4, ya que aquí no habría una torre negra en la columna “f” y no se podría continuar con mate. Entonces, pensamos simplemente en retirar el caballo, y en poco tiempo vemos que lo mejor es 2-…Ce3.


Posición luego de la jugada 2-…Ce3.

Miramos esta nueva posición y vemos grandes cambios. Hace dos jugadas la evaluación dejaba a las negras completamente comprometidas, mientras que ahora han ganado muchas ventajas. El caballo en “f6” era muy pasivo y servía apenas para defender el débil peón de “d5”. Desde “e3” cumple con esa función a la vez que sirve como pieza de ataque, mirando siempre el débil peón de “g2” y además ahora dispone de un excelente puesto posible en “c4”. También ha empeorado mucho el rey blanco, y ahora las negras pueden continuar activamente con f5 seguida de f4 que además al dar jaque gana un tiempo y podemos hablar ya seriamente de un ataque peligroso usando la situación precaria del monarca blanco. Y…¡eso es todo! Tan sólo prestando atención y buscando jugadas concretas las negras lograron mejorar sustancialmente su posición con una línea de sólo dos jugadas de proyección, con una o dos sub-variantes de también apenas una o dos jugadas. En definitiva, hemos visto una pequeña pero genial combinación donde la táctica y la estrategia se unieron, usando el análisis concreto para mejorar la ubicación de una pieza.

La apreciación:
Este análisis GENERAL que hicimos de la posición se denomina “apreciación”. Es la conclusión que sacamos al considerar las posibilidades tácticas y estratégicas, la actividad de las piezas de ambos bandos, la seguridad del rey, quién tiene un peón pasado y quién no, quien dispone de buenas casillas para sus piezas, y todo lo que nos guíe a través de una partida de ajedrez. Recomendamos que esto se haga de forma ordenada y siempre que puedan. Una vez que el análisis profundo lo abarca todo, sacamos una conclusión respecto a cuál de los bandos está OBJETIVAMENTE mejor y cuán amplia es esa ventaja. La clasificación de estas conclusiones extraídas de la apreciación es muy sencilla:

Pequeña ventaja blanca o pequeña ventaja negra:

Estos términos se usan cuando uno de los bandos posee una pequeña ventaja, por ejemplo un mejor juego de piezas, una mejor estructura de peones, o la iniciativa. Materialmente se calcula que vale medio peón de ventaja. Por lo general, esta ventaja no representa nada decisivo, pero el bando que la tenga probablemente tenga un juego más cómodo y activo que su rival.

Clara ventaja blanca o clara ventaja negra:

Esta ventaja suele representar ya una posición indudablemente mejor para uno de los bandos, y desde el punto de vista material se considera que equivale a un peón de ventaja.

Ventaja decisiva blanca o ventaja decisiva negra:

Aquí no nos sirve pensar en cuánto valor material tiene esta ventaja, ya que de ella debemos interpretar que uno de los bandos tiene una ventaja tan clara que si ejecuta las mejores jugadas por el resto de la partida ganará sin importar lo que su rival juegue. Por supuesto, existen ventajas decisivas en las que sencillamente tenemos tres peones de más sin compensaciones para nuestro rival como existen otras mucho mayores como amenazar mate y la dama de nuestro rival a la vez, pero toda ventaja que asegure la victoria siguiendo el camino correcto entra en estas definiciones.

Juego confuso o poco claro:

Existen posiciones muy difíciles de apreciar aún para los mejores jugadores del mundo debido a lo complejas que son. A veces porque las ventajas de ambos bandos son distintas y es difícil compararlas o porque el desequilibrio material permite posiciones inusuales ( por ejemplo, cuando un bando gana la dama y un peón y a cambio entrega la pareja de alfiles y cuatro peones, casos excepcionales completamente caóticos). En definitiva se evalúan como posiciones de aproximada igualdad y mucho dinamismo.


Finalmente, se debe entender que la apreciación es una de las características más importantes en el ajedrez. Si fueramos genios virtuosos del cálculo y pudieramos ver hasta 20 jugadas a futuro por cada bando con precisión y analizando siempre las mejores jugadas pero sin poder apreciar cada posición, ¿ de qué nos serviría? Veríamos las mil posibilidades a futuro como si pudieramos mover las piezas en la cara de nuestro rival, pero no sabríamos jamás cuál de todos esos caminos elegir para continuar porque no entenderíamos cuál es ventajoso para nosotros y cuál no.

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